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miércoles, 2 de octubre de 2013

Aquí hay tomate....

Año tras año, a finales de agosto, todos los telediarios hablan sobre una peculiar fiesta que ocurre en el pequeño pueblo valenciano de Buñol: la Tomatina. Esta fiesta enseguida llamó mi atención pues es un batalla callejera en la que los participantes se arrojan tantos tomates como pueden.

Mozos preparando la cucaña
No está muy claro como comenzó a celebrarse esta extraña tradición. Algunos historiadores sostienen que todo comenzó cuando un grupo de niños se puso a tirarle tomates a un adulto por lo mal que se desempeñaba con la guitarra y que  finalizó como una batalla campal entre los propios niños.  Otra hipótesis, probablemente la correcta, es que durante un desfile propio de las fiestas se produjo una pelea entre algunos participantes en el desfile, que aprovecharon una tienda de verduras cercana para coger tomates y lanzárselos. Fueron detenidos por la policía pero la tradición ya había arrancado. Al año siguiente volvieron a tirarse los tomates, ya por tradición más que por otra cosa, aunque volvieron a ser detenidos. No obstante, la tradición ya había arraigado en la población y fue experimentando una gran crecimiento hasta la actualidad donde es un acontecimiento de repercusiones mundiales.

La fiesta en su máximo apogeo
La fiesta consiste básicamente en que los participantes se tiren tomates hasta acabar teñidos de rojo. Comienza cuando alguien consigue descolgar el jamón que se halla situado en lo alto de una cucaña engrasada para la ocasión. Una vez descolgado se hace sonar la carcasa y comienza la batalla. Durante aproximadamente una hora unas 20.000 personas se lanzan alrededor de  150.000 tomates hasta que se vuelve a hacer sonar la carcasa y se da por concluido el festejo.


Tomates listos para ser lanzados por los participantes
A pesar de parecer una fiesta loca, la Tomatina tiene una serie de reglas. No se puede lanzar nada que no sean tomates, y estos deben de estar previamente aplastados para evitar daños. Tampoco se permite arrancar las camisetas de los demás participantes.

Durante el año pasado hubo una gran polémica porque la fiesta pasó a estar organizada por una empresa privada que comenzó a cobrar por la participación, además de limitar la asistencia a 20.000 participantes.

Por todo ello la Tomatina se ha convertido en una de las fiestas más impactantes y peculiares del mundo a la que os invito a vivir en primera persona al menos una vez en la vida.

Sergio Tremosa Hernández

Foto 1
Foto 2
Foto 3


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